Las tarjetas son útiles si se usan bien, pero si no, esa deuda puede volverse la más cara de todas. Descubre cómo mantener el control y cómo Finia puede ayudarte a salir de intereses interminables.
En Finia creemos que las tarjetas de crédito son como un cuchillo de cocina: bien usado, es muy útil; mal usado, puede hacer daño.
Sirven para construir historial crediticio, aprovechar promociones como meses sin intereses y cubrirte en una emergencia. Pero cuando la deuda se acumula, puede convertirse en la más cara y difícil de salir.
La diferencia no está sólo en la tarjeta; está en cómo la usas. Vamos a contarte lo bueno, lo malo y lo feo de las tarjetas, con ejemplos claros y tips para que las puedas usar a tu favor. Y claro, también te platicaremos cómo Finia puede ayudarte si ya te rebasó la deuda.
Lo bueno: ventajas de tener tarjeta de crédito
Tener tarjeta es casi indispensable hoy. Es mucho más cómodo llevar tu tarjeta que llevar efectivo, es más práctico para comprar en línea y puede ayudarte a realizar compras cuando no puedes esperar a la siguiente quincena. Además de esto:
Construyes historial. Cada pago puntual es como un voto de confianza que te da acceso a préstamos más grandes y baratos en el futuro.
Accedes a beneficios. Meses sin intereses, puntos, recompensas, cashback o seguros de viaje pueden hacer que cada compra tenga un plus.
Tienes liquidez. Si se te descompone el refri o surge una urgencia médica, la tarjeta te ayuda a resolver en el momento.
El problema es cuando ese “respiro” se convierte en un “hábito”, y el saldo empieza a crecer más rápido de lo que lo puedes pagar.
Lo malo: la deuda de tarjeta es carísima
En México, las tarjetas de crédito cobran tasas de interés que en promedio rondan el 40-50% pero que frecuentemente llegan a 80 o 100% anual. Eso significa que cada mes los intereses rondan el 4–8 % de tu saldo.
Aquí está el truco de las tarjetas: siempre verás un pago mínimo. Suena cómodo, ¿no? El detalle es que el mínimo está diseñado para que pagues intereses casi eternamente. Es por eso que el truco está en el tipo de pago realizamos cada mes.
Cuando recibes tu estado de cuenta de tarjeta de crédito, verás distintos tipos de pago: el pago mínimo, el pago para no generar intereses y el pago completo.
El pago mínimo es la cantidad más baja que el banco te permite pagar para no caer en mora, pero si solo cubres ese monto, los intereses seguirán acumulándose sobre el resto del saldo y será muy difícil salir de la deuda. Está bien si un mes no sólo puedes pagar esto pero no lo debes convertir en un hábito.
El pago para no generar intereses es el monto exacto que debes liquidar antes de la fecha límite para que las compras del periodo no generen intereses; si pagas al menos esa cantidad, tu deuda no crecerá.
Finalmente, el pago completo significa liquidar todo lo que debes, incluyendo compras a meses sin intereses, intereses generados (si los hubiera) y comisiones; hacerlo te asegura mantener tu crédito limpio y sin cargas financieras adicionales.
Ejemplo rápido
Imagina que debes $10,000 con una tasa del 60 % anual.
Si pagas solo el mínimo (digamos $300–400 al mes), tardarías más de 5 años en liquidar y terminarías pagando casi el doble en intereses.
Si en cambio pagas $2,500 al mes, la deuda se va en 5 meses y los intereses totales no pasan de $1,500.
La diferencia es brutal.
Cómo evitar caer en la trampa
Aquí es donde entra la disciplina y un poco de planeación.
Haz un presupuesto claro. Decide de antemano cuánto puedes cargar a la tarjeta y asegúrate de que podrás pagarlo al corte.
Respeta la regla del 30 %. No uses más del 30 % de tu línea de crédito. Si tu límite es de $10,000, procura que tu saldo no pase de $3,000. Así guardas tu línea por si surge alguna emergencia o imprevisto.
Evita el mínimo. Si un mes estás apretado, paga lo que puedas, pero siempre procura pagar mucho más del mínimo.
Usa MSI con estrategia. Para compras duraderas, sí. Para gastos que se repiten cada mes, no. Esa es la regla.
Conoce tus fechas. Comprar justo después de la fecha de corte te da hasta más días sin intereses, siempre y cuando pagues todo al corte.
No se trata de “tenerle miedo” a la tarjeta, sino de usarla como aliada y una herramienta para una mejor salud financiera.
¿Y si ya me ganó la deuda?
No estás solo. En Finia sabemos que muchos mexicanos caen en la trampa del saldo “revolvente”.
Lo malo de esta deuda es que es cara, impredecible y genera un estrés constante porque nunca sabes exactamente cuánto pagarás y ves los intereses que continúan creciendo.
Por eso en Finia tenemos una solución: refinanciamiento inteligente. Esto significa que te ayudamos a pagar tu tarjeta de crédito hoy y te damos términos más accesibles, mejor visibilidad de cuánto pagarás y un término que tengas la seguridad de poder pagar. Te explicamos cómo funciona:
En tu aplicación finia te preguntaremos si te interesa el refinanciamiento.
Si si, nos compartes la información de tu deuda de tarjeta o préstamo caro.
En tu aplicación nos compartes el contrato de esta deuda o tarjeta o un estado de cuenta reciente.
Una vez aprobado, nosotros lo liquidamos y te damos un crédito con tasa más baja y pagos fijos.
Tú ganas tranquilidad porque ya no estás pagando intereses interminables, sino que tienes un plan claro para salir de deudas.
Dejas atrás la bola de nieve de intereses y te quedas con una cuota cómoda y predecible. Así puedes presupuestar mejor, ahorrar y volver a usar el crédito como herramienta de crecimiento.
En resumen
Las tarjetas son útiles si se usan con cabeza: construyen historial, dan beneficios y te sacan de apuros.
Pero el pago mínimo y los intereses altos pueden convertirlas en la deuda más cara de tu vida.
Presupuestar, pagar más del mínimo y usar MSI con estrategia es clave para mantener el control.
Y si ya la deuda te sobrepasó, en Finia estamos aquí para ayudarte con refinanciamiento.
Porque nuestro compromiso es claro:
👉 Inteligencia que mejora tus finanzas. 💙